2000 años después de Cristo
Una promesa cumplida.
Hace casi dos mil años Jesús le dijo a sus discípulos que él edificaría su iglesia, no muchas iglesias sino solo una (Rom. 16.16). Aquella era una gran iglesia, cuando inició en Jerusalén fueron miles quienes creyeron, se arrepintieron y se bautizaron en el nombre de Jesucristo, desde su conversión todos seguían las enseñanzas de los apóstoles (Hech. 2.39-41, 4.4). Todos tenían una vida en constante comunión, algunos vendían sus posesiones para dárselas a las demás (Hech. 9.31, 2.47). Por la fe en Jesucristo y sus prácticas fueron llamados “cristianos” por primera vez en Antioquía (Hech. 11.26).
La iglesia de Cristo edificó no es una iglesia más en este lugar, sino que es una iglesia con los principios que el enseñó en su ministerio, lo que el Espíritu Santo enseñó a los discípulos y lo que los discípulos recibieron para enseñar a todas las iglesias de Cristo.
Las puertas del hades no prevalecerán sobre ella.
Jesucristo había dicho que por causa de él muchos tendrían aflicciones pero que debían confiar en él (Jn. 16.33), muchos cristianos fueron encarcelados por predicar el evangelio de Jesucristo (Hech. 4.1, 5.11-20, 8.3), otros fueron asesinados (Hech. 7.58-59, 8.1, 12.1). Las persecuciones y los asesinatos no hicieron que la iglesia desapareciera, al contrario seguían creciendo cada día.
Aún así, la iglesia se mantuvo firme.
A pesar de todos los sufrimientos los cristianos seguían creyendo en Jesucristo y sus promesas (Hech. 4.4), las oraciones y la palabra de Jesucristo fue el apoyo para todos los cristianos (Hech. 4.29-31). Los cristianos que fueron perseguidos iban por todas las regiones predicando el evangelio de Jesucristo y anunciando la segunda venida de Cristo (Hech. 8.4).
Después de dos mil años aún existe la iglesia que Cristo fundó, preservando la misma enseñanza de los apóstoles, compartiendo con todos los santos y predicando el evangelio de Cristo (Hech. 2.42-47)
¿Quieres conocer esta iglesia?
La iglesia de Cristo tiene abierta sus puertas para las personas que desean conocer el plan de salvación, así como para aquellos que se han alejado de los caminos de Dios. Dios quiere que todos le busquemos, que nos acerquemos a él para ponernos a cuentas (Is. 1.18). Esa es la voluntad de Dios.
También, las iglesias abren sus puertas para estudiar la palabra de Dios y así conocer más de los planes que él tiene para el mundo.
